¿Cuándo he mirado por última vez
los redondos ojos verdes y los cuerpos sinuosos
de los negros leopardos de la luna?
Todas las brujas salvajes, todas esas nobles damas,
con todas sus escobas y sus lágrimas,
sus lágrimas enojadas, se han ido.
Los centauros de las colinas han desaparecido;
nada me queda sino el sol amargado;
desterrada la heroica madre luna y desaparecida,
ahora que tengo ya cincuenta años
debo soportar el sol huidizo.
Sección: William Butler Yeats