Salvatore Quasimodo

Ciudad muerta – SALVATORE QUASIMODO

Inútilmente, ¡oh manos! removéis bajo el polvo: la ciudad está muerta. Sobre el Naviglio todos oyeron el zumbar siniestro. El ruiseñor en cuyo arpegio se anunciaba el tramonto cayó desde la antena del convento. A qué buscar el pozo si ya no tienen sed los vivos… A qué palpar sus cuerpos hinchados y rojizos: dejadlos …

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