Oh, tú que eres tan triste y con presagios de horror -Ulises declinante- ¿ninguna dulzura en tu alma aúna la Llama por una pálida soñadora de naufragios que te ama?
Categoría: Umberto Saba
Para un niño enfermo – UMBERTO SABA
En la casa paterna tú rondabas silencioso como un gato. Sabías el nombre, pero no la realidad del dolor. Separado de tus compañeros en tus mejillas afiladas palidecían las rosas. Nacido de mi alma, flor de la vida, niño amigo. Es tuya esta última lágrima mía que no puedes ver.
Palabras – UMBERTO SABA
Palabras Palabras, donde se reflejaba el alma del hombre -desnuda y sorprendida- en los orígenes; busco un ángulo en el mundo, un oasis propicio en que lavaros con mi llanto de la mentira que os ensucia. Juntos, el cúmulo de recuerdos espantosos se desharía como nieve al sol.
Invierno – UMBERTO SABA
Es noche, invierno ruinoso. Tú alzas un poco los visillos, miras. Vibran tus cabellos salvajes, la alegría te dilata de pronto el ojo negro; pues lo que tú has visto -era una imagen del fin del mundo- te conforta y hace cálida y suave tu alma más hundida. Un hombre se aventura por un lago …
Amé – UMBERTO SABA
Amé manidas palabras que ninguno arriesgaba. La rima flor amor; la más antigua y difícil del mundo, me encantó. Amé la verdad que yace al fondo, casi un sueño olvidado, que el dolor revela amiga. Con temor el corazón se le acerca, que ya no la abandona. Te amo a ti que me escuchas y …
Florencia – UMBERTO SABA
Para abrazar al poeta Montale -es generosa su tristeza- he venido a la ciudad que tanto quise. Es como si cada piedra que el pie pisa fuese mi corazón, mi mal de un tiempo. Mas no lo lamento. Nace -otra constelación- la nueva edad.
Poemas de Umberto Saba – La cabra
Umberto Saba La cabra He hablado a una cabra. Estaba sola en el prado, estaba atada. Harta de hierba, bañada por la lluvia, balaba. Aquel balido igual era fraterno a mi dolor. Y contesté, primero por broma, después porque el dolor es eterno, tiene una sola voz y no varía. Y yo oía esta …
A mi mujer – Umberto Saba
A mi mujer Eres como una joven una blanca gallina. Se le ahuecan las plumas al viento, el cuello inclina para beber, rasca en la tierra; pero al andar tiene el lento paso tuyo de reina, va marcando la hierba, opulenta y soberbia. Ella es mejor que el macho. Ella es como todas las hembras …