Categoría: Charles Baudelaire
El extranjero – CHARLES BAUDELAIRE
—¿A quién quieres más, hombre enigmático, dime, a tu padre, a tu madre, a tu hermana o a tu hermano? —Ni padre, ni madre, ni hermana, ni hermano tengo. —¿A tus amigos? —Empleáis una palabra cuyo sentido, hasta hoy, no he llegado a conocer. —¿A tu patria? —Ignoro en qué latitud está situada. —¿A la …
El puerto – CHARLES BAUDELAIRE
Un puerto es morada encantadora para un alma cansada de las luchas de la vida. La amplitud del cielo, la arquitectura móvil de las nubes, el colorido cambiante del mar, el centelleo de los faros, son prisma adecuado maravillosamente para distraer los ojos sin cansarlos nunca. Las formas esbeltas de los navíos de aparejo complicado, …
Recogimiento – CHARLES BAUDELAIRE
Recogimiento Sé sabia, Pena mía, y permanece en calma. Reclamabas la Noche; ya desciende, hela aquí: Envuelve a la ciudad una atmósfera oscura A unos la paz trayendo y a los más la zozobra. Mientras que la gran masa de los viles mortales, Del Placer bajo el látigo, ese verdugo impávido, Cosecha sinsabores en la …
La voz – CHARLES BAUDELAIRE
La voz Se encontraba mi cuna junto a la biblioteca, Babel sombría, donde novela, ciencia, fábula, Todo, ya polvo griego, ya ceniza latina Se confundía. Yo era alto como un infolio. Y dos voces me hablaban. Una, insidiosa y firme: «La Tierra es un pastel colmado de dulzura; Yo puedo (¡y tu placer jamás tendrá …
Las ventanas – Charles Baudelaire
Las ventanas Quien mira desde afuera a través de una ventana abierta nunca ve tantas cosas como el que mira una ventana cerrada. No hay objeto más profundo, más misterioso, más fértil, más tenebroso, más deslumbrante que una ventana iluminada por una vela. Lo que se puede ver al sol es siempre menos interesante que …
Las muchedumbres – Charles Baudelaire
Las muchedumbres No es dado a todos tomar un baño de multitud: gozar de las muchedumbres es un arte; y sólo puede darse, a expensas del género humano un atracón de vitalidad aquel a quien un hada haya otorgado desde la cuna el gusto por el disfraz y la máscara, el odio por el domicilio …
Embriáguense – Charles Baudelaire
Embriáguense Hay que estar ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso. Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero …
La vida anterior – Charles Baudelaire
La vida anterior Yo habité largo tiempo bajo pórticos griegos Cuyas grandes columnas, majestuosas y eternas, Parecían de noche basálticas cavernas Que los soles marinos teñían con mil fuegos. Las ondas, en su danza de celestes despojos, Mezclaban de manera mística y elocuente Los acordes de su música onmipotente Con los colores del crepúsculo en …
Los faros – Charles Baudelaire
Rubens, río del olvido, jardín de la pereza, almohada de carne fresca, donde no se puede amar, pero donde la vida fluye sin parar, como el aire en el cielo y el mar en el mar; Leonardo Da Vinci, espejo profundo y sombrío, donde los ángeles adorables, con dulce sonrisa toda cargada de misterio, aparecen …
Poema de Charles Baudelaire: La giganta
Cuando Natura en su inspiración pujante Concebía cada día hijos monstruosos, Me hubiera placido vivir cerca de una joven giganta, Como a los pies de una reina un gato voluptuoso. Me hubiera agradado ver su cuerpo florecer con su alma Y crecer libremente en sus terribles juegos; Adivinar si su corazón cobija una sombría llama …
La pipa – CHARLES BAUDELAIRE
La pipa Soy la pipa de un escritor: dice bien claro mi pergeño de cafre, que tengo por dueño un refinado fumador. Al agobio de su labor se agita mi flabel risueño igual que el penacho hogareño a la vuelta del labrador. Mecer su corazón yo gusto en el móvil azul arbusto nacido en mi …
Al lector – CHARLES BAUDELAIRE
La necedad, el error, el pecado, la tacañería, Ocupan nuestros espíritus y trabajan nuestros cuerpos, Y alimentamos nuestros amables remordimientos, Como los mendigos nutren su miseria. Nuestros pecados son testarudos, nuestros arrepentimientos cobardes; Nos hacemos pagar largamente nuestras confesiones, Y entramos alegremente en el camino cenagoso, Creyendo con viles lágrimas lavar todas nuestras manchas. Sobre …
El hombre y la mar – CHARLES BAUDELAIRE
¡Para siempre, hombre libre, a la mar tu amarás! Es tu espejo la mar; mira, contempla tu alma en el vaivén sin fin de su oleada calma, y tan hondo tu espíritu y amargo sentirás. Sumergirte en el fondo de tu imagen te dejas; con tus ojos y brazos la estrechas, y tu ardor se …
Correspondencias – CHARLES BAUDELAIRE
La Creación es un templo donde vivos pilares Dejan surgir a veces unas voces oscuras; Allí los hombres pasan a través de espesuras De símbolos que observan con ojos familiares. Como confusos ecos que a lo lejos se ahogan En una tenebrosa y profunda unidad, Vasta como la noche, como la claridad, Perfumes y colores …
Los gatos – CHARLES BAUDELAIRE
Los amantes fervientes, los sabios venerables, Sienten, cuando maduros, igual predilección Por los gatos, orgullo de la casa, que son Como ellos sedentarios y al frío vulnerables. Amigos de la ciencia y la sensualidad, Prefieren el silencio y las tinieblas crueles. Del Erebo serían los fúnebres corceles Si su altivez cediese ante la majestad. Cuando …
El albatros – CHARLES BAUDELAIRE
Por distraerse, a veces, suelen los marineros Dar caza a los albatros, grandes aves del mar, Que siguen, indolentes compañeros de viaje, Al navío surcando los amargos abismos. Apenas los arrojan sobre las tablas húmedas, Estos reyes celestes, torpes y avergonzados, Dejan penosamente arrastrando las alas, Sus grandes alas blancas semejantes a remos. Este alado …