Acaso ignores, Dios mío, cómo son las noches para los que no duermen. El terror invade aun a los que guardan limpio su corazón, los sobresalta, como falsos muertos cuando paños negros los rodean, y crispan sus lívidas manos, tejidas en una salvaje fiebre cual perros azuzados. El pasado les espera todavía y su vida …
Categoría: Rainer María Rilke
Oh amigos míos, no reniego de uno siquiera… – RAINER MARÍA RILKE
Oh amigos míos, no reniego de uno siquiera de vosotros todos, ni aun de aquel viandante que de la inconcebible vida no era sino una mirada abierta y vacilante. Cuántas veces un ser, aun sin querer, detiene con sus ojos o su gesto la imperceptible fuga de otro ser, haciéndole un instante manifiesto. Los desconocidos. …
Todo sucede como quien le afea… – RAINER MARÍA RILKE
Todo sucede como quien le afea a la manzana el hecho de que sea tan agradable comida. Pero hay más peligros en la vida. Dejarla en el árbol suspendida, tenerla en mármol esculpida, y el peor, la amenaza postrera: reprocharle que sea de cera. Click para leer más poemas de Rainer María Rilke
Quédate tranquilo… – RAINER MARÍA RILKE
Quédate tranquilo, si es que de repente se decide el ángel a tu mesa sentado; alisa en el mantel calmadamente los pliegues que bajo el pan han quedado. Ofrecerás tu rudo manjar para que él también lo pruebe a su vez y su labio puro se incline a tocar el vaso en su cotidiana sencillez. …
Rainer María Rilke – Poesía – La vida, no intentes
La vida, no intentes… La vida, no intentes alcanzarla que, desde hoy, para ti será como un hada. Los días, acéptalos como el niño que, mientras camina, recibe del viento su lluvia de flores. En ningún instante se le ocurrirá recoger y guardar esta lluvia. Dulcemente desprenderá de sus cabellos las que allí quedaron como …
Rainer María Rilke – Poesía – Experiencia de la muerte
Experiencia de la muerte Nada sabemos de este vagar con nosotros compartido. Ni tenemos razón alguna para mostrar amor, admiración u odio a la muerte que, enmascarada, la boca con trágico lamento ha desfigurado en forma extraña. El mundo todavía está lleno de papeles que nosotros mismos representamos gustosos si bien la muerte no 10 …
Rainer María Rilke – Poesía – El poeta
El poeta De mí te apartas tú. ahora: heridas me ocasionó el aletazo. Solo: ¿ qué debo hacer con mi boca? ¿ qué de mi noche? ¿ qué de mi día? No tengo amada. no tengo hogar. lugar ninguno donde vivir. Todo cuanto tocan mis manos se ennquece a mis expensas. Click para leer más …
Rainer María Rilke – Poesía – No estoy solo…
No estoy solo No estoy solo jamás. Muchos de los que vivieron antes que yo y de mi huyeron tejieron. tejieron que soy. Y si me siento a tu lado y dulcemente te digo: he sufridol- ¿me oyes? Quién sabe quién murmurará conmigo. Click para leer más poemas de Rainer María Rilke
Rainer María Rilke – Poemas – El saúco
Rainer María Rilke El saúco La desdicha te amenaza, inevitable: La rosa brilla, pero pincha. Sólo yo sigo constante. Ten fe en mí, no me ignores. Click para leer más poemas de Rainer María Rilke
Día de otoño – Rainer María Rilke
Día de otoño Señor: es hora. Largo fue el verano. Pon tu sombra en los relojes solares, y suelta los vientos por las llanuras. Haz que sazonen los últimos frutos; concédeles dos días más del sur, úrgeles a su madurez y mete en el vino espeso el postrer dulzor. No hará casa el que ahora …
Las elegías de Duino (Primer elegía) -RAINE MARÍA RILKE
Primera elegía ¿Quién, si yo gritara, me escucharía entre las órdenes angélicas? Y aun si de repente algún ángel me apretara contra su corazón, me suprimiría su existencia más fuerte. Pues la belleza no es nada sino el principio de lo terrible, lo que somos apenas capaces de soportar, lo que sólo admiramos porque serenamente …
El edificio – RAINER MARÍA RILKE
La mezquina edificación moderna verdaderamente no va conmigo. Aquí, esta antigua casa puede acoger ricas y amplias azoteas de piedra, pequeños y recatados balcones. Y techos con holgura abovedados, propicios receptores de sonidos, por doquiera hornacinas interiores, en donde los brazos confidentes del ocaso se tiendan hacia ti. Las paredes todas dobles y fuertes de …