César Tiempo

Visión – CÉSAR TIEMPO

Cae sobre la ciudad
la ceniza minúscula y tenue de la lluvia.
¡Qué grato es en un día como éste acariciar
un inocente sueño de ventura!

Mientras cae la lluvia, yo acaricio mi sueño:
un día las mujeres serán todas hermanas;
la ramera, la púdica,
la aristócrata altiva y la humilde mucama.

Irían por las calles llevando como emblema
una sonrisa alegre y una mirada franca,
y así, sencillamente,
se ofrecerían a todos los hombres que pasaran.

Ellos se tornarían
tan buenos como el sol, como el pan, como el agua:
su dicha cantarían todos los oprimidos
suavizadas sus manos, su gesto y sus palabras.

Bajo los cielos límpidos, banderas de alegría,
desplegados sus paños como alas
cual si quisieran cobijar a todas
las mujeres que un día supieron ser humanas.

(Sigue cayendo sobre la ciudad
la ceniza minúscula y tenue de la lluvia.
¡Qué grato es en un día como éste acariciar
un inocente sueño de ventura!)