Ya es este el día, el presentido día
que temblaba en nosotros al pensarlo
entre los por venir del amor nuestro.
Día que habría de brillar sólo para uno de los dos
y en que vería mis dedos infelices llegándose a sus ojos
sin mirada, para correr los párpados. Que cubrieran
de miradas a los que ya eran ojos sólo para ser vistos.
Sección: Macedonio Fernández, Poetas de Argentina