Almafuerte

La yapa – Almafuerte

La yapa

Almafuerte

Como una sola estrella no es el cielo,

ni una gota que salta, el Océano,

ni una falange rígida, la mano,

ni una brizna de paja, el santo suelo:

 

tu gimnasia de cárcel, no es el vuelo,

el sublime tramonto soberano,

ni nunca podrá ser anhelo humano

tu miserable personal anhelo.

 

¿Qué saben de lo eterno las esferas;

de las borrascas de la mar, la gota;

de puñetazos, la falange rota;

 

de harina y pan, la paja de las eras?…

¡Detente, por piedad, pluma, no quieras

que abandone sus armas el idiota!