¡De una celda a este espacio oscuro!…
¡El final a los veinticinco años!
Mi lengua no podía expresar lo que bullía en mi interior,
y el pueblo entero me creía idiota.
Y, sin embargo, al principio, yo tenía una clara visión,
un alto, apremiante propósito en el alma
que me llevó a intentar aprenderme de memoria
la Enciclopedia Británica.
Sección: Edgar Lee Masters