Todo he perdido de la infancia
y no podré ya más
olvidarme en un grito.
He enterrado la infancia
en el fondo de las noches
y ahora, espada invisible,
me separa de todo.
De mí recuerdo que exultaba amándote,
y aquí estoy, extraviado
en lo infinito de las noches.
Desesperación que incesante aumenta,
ya para mí la vida
detenida en el fondo de la garganta,
no es más que una roca de gritos.