¿Por qué no han de ser nunca
nuestras manos
las que se alcen,
las que proclamen la voz
del asco,
el advenimiento
del trueno?
Sección: Susana Thénon
¿Por qué no han de ser nunca
nuestras manos
las que se alcen,
las que proclamen la voz
del asco,
el advenimiento
del trueno?