Umberto Saba

Para un niño enfermo – UMBERTO SABA

En la casa paterna tú rondabas silencioso como un gato. Sabías el nombre, pero no la realidad del dolor. Separado de tus compañeros en tus mejillas afiladas palidecían las rosas. Nacido de mi alma, flor de la vida, niño amigo. Es tuya esta última lágrima mía que no puedes ver.

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