Mi alma glorifica al Señor. ¡Oh las luengas calles antaño amargas y los días en que yo era uno y solo! ¡La caminata en París, esa larga calle […]
Mi alma glorifica al Señor. ¡Oh las luengas calles antaño amargas y los días en que yo era uno y solo! ¡La caminata en París, esa larga calle […]