Rainer María Rilke
El saúco
La desdicha te amenaza, inevitable:
La rosa brilla, pero pincha.
Sólo yo sigo constante.
Ten fe en mí, no me ignores.
Poesía clásica y contemporánea
La desdicha te amenaza, inevitable:
La rosa brilla, pero pincha.
Sólo yo sigo constante.
Ten fe en mí, no me ignores.